viernes, 7 de mayo de 2010

¿Quién es el traidor?

Así como un ex guerrillero no llega a la presidencia de un paisito sin dar garantías de claudicación y defensa del sistema en el que se incluye las empresas que lo promueven a tal fin: Mujica; así también el héroe no es otro que el consecuente resultado de una traición. Dijo una vez un príncipe Árabe al llegar a la Argentina durante los 70, que San Martín era un subversivo, léase un traidor, de la monarquía que juró defender. Urquiza, federal-estanciero-padre pródigo-dueño hizo la pirueta del traidor convertido en héroe de un Rosas en la vuelta de la calesita. Cesar y Bruto, Jesús y Judas, Bolivar y Santander... el traidor no es un conspirador común y corriente. Es un hombre del riñón que un día se da vuelta como un panqueque. Tal vez se convierta en héroe, tal vez las campanas suenen disonantes eternamente según el campanario desde el que toquen. Y podamos ver siempre el carácter reversible de los mismos si pensamos que sin Judas Jesús no hubiera cumplido con su misión o que Cesar se hubiera convertido en un emperador traicionando la república pero no pudo ser otro que un héroe traicionado gracias a quienes no pudieron impedir de todos modos el ascenso de Augusto. Otro héroe reversible no es otro que el propio Kirchner, claro que todo es más confuso en el país crispado de los napoleones: Cobos traiciona a Kirchner o Kirchner traiciona el acuerdo previo? O ambos son traidores de las clases trabajadoras? O la clase obrera, muy lejos de discutir los cesarismos debería observar que el ascenso de héroes-traidores no es otra cosa que la máscara del rey, que no es otro que el capital.

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