viernes, 2 de abril de 2010

Los vicios de los virtuosos

Permítasenos discutir en torno de un término, como todos los términos vagamente definidos por el sentido consuetudinario, que no evoca, si no la displicencia, marcadas formas de entender la construcción del orden de la virtud y todo el otro orden.
Porque vicio puede ser cualquier háito descontrolado, círculo de relación en frenético desmanejo, ya no sólo como acepción peyorativa sino como bruto encanto promovido por el mismo ejercicio de la prohibición, a sabiendas del resultado.
Sólo si lo medimos como defecto pondremos sobre el tapete la cosa mínima, y a su vez toda su relatividad. ¿Qué es el vicio sino el hábito sancionado como impropio del orden moral? ¿y por qué debe ser sancionado? ¿El mate era un vicio demoníaco porque su ronda acortaba los tiempos de explotación del indio? ¿y no lo fue cuándo su producción dio el fruto sagrado del plusvalor acaparado? ¿Por qué algunas inmoralidades recurrentes tienen carta franca a los ojos sanguíneos de los censores, mientras otras son tachadas de vicio repugnante, cuando no lo son para uno y si para otros?
El término que se precia por exceso es mucho mas interesante aún. Porque el exceso es una metáfora de la acción. Es la versión popular del hecho, incluso como reivindicación llana y graciosa del vicio. ¿El vicio o exceso es liberador por el sólo hecho de conducir al desacato o rige para el que puede romper la trampa de la ley maleada a su placer? Digo, ¿el vicio en algunos es menos vicio y más hobby que el de otros ? ¿es menos vicio beber en una inimputable noche de San Patricio telmeño, que unas birritas en el cruce de J. C. Paz? Una es una fiesta, la otra un despreciable desayuno de la negrada.
Sin embargo el exceso, y es bueno hablar del peor de ellos, si es que hay círculos de los que no se pueden escapar, si es que hay encerronas que la mente nos juega por formación o mutua deformación, es el opio hecho manía: el poder. Aquel que multa el auto mal estacionado pero libera las avenidas a las picadas de los hijos de papá puntero-senador-etc. Y tantas otras deferencias para con los que nacen de la pata de Júpiter, los que creen haber salido de allí. Y lo creen. Tanto como para hacer del Estado una maquinita que fabrica vicios ajenos, los promueve a la vez que los criminaliza. Del alcohol que da trabajo y coima, distrae y acompaña el chori del hincha hecho puntero al alcoholismo que pega-choca-mata-deprime. Del cigarrillo que da trabajo y coima y llena vacios existenciales a falta de futuro, al tabaquismo que roba leche al hijo por un pucho de la madre... Pero del poder... ese si que es el peor de todos porque pega-reprime-destruye-esclaviza-explota, coimea, saca la leche y los puchos y hace todos los vacios existenciales de todos los pobres diablos que estigmatiza acusándolos de viciosos.

4 comentarios:

  1. Hola bueno, malo y loco, los estoy escuchando muy atentamente. Muy aguda forma de comentar los temas de la semana. Los felicito.
    Saludos para todos

    Anabella

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  2. Quien es el de la foto?

    Claudia

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  3. EL DE LA FOTO ES... LEONARDO!!!!!

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