Programa N° 25: Milagros desesperados

La difunta Correa, el Gauchito Gil, Gilda, Jesús de Laferrere... que hace que la gente abandone el santuario oficial por el traperío a la vera de una ruta esperando, como en un "que se vayan todos, hasta los santos", que llegue una renovación en la representación de las necesidades de los pobres. La política del cielo parecería confirmarlo: vox populi, vox dei. A ver...

Programa N° 24: Toponimia y miscelánea curiosa

Nunca nos preguntamos por el origen de todas las cosas. Simplemente se llaman así o suponemos el hecho consumado históricamente como la significación cualunque de un algo. Es acaso importante saber por qué decimos "levantar el muerto", quién tropezó en Tropezón o de dónde viene eso de que a uno lo "amuraron"? De ninguna manera. Las palabras mudan de significado, o simplemente mueren en la boca del último de su generación. O se pierden sus sentidos en los rincones de una biblioteca para ser rescatados por un programa de radio conducido por un hombre que se tira a muerto y un squenun imperecedero. Pero tipos lo que se dice, con estaño.

Programa N° 23: El Fantasma de Hurlingham

Los fantasmas son parte de una tradición pagana pre-cristiana, relacionada con el mundo de los espíritus en pena. Se dice usualmente de un tipo no descansado que parece un fantasma. Deuda, cansancio, pena, queja, parecen ser los atributos mas de los vivos que de los muertos. Sin embargo hay otras vueltas de tuerca para el asunto y es que en psicología la fantasmática relaciona asuntos de la mente, proyecciones del trauma y la ensoñación, de lo que denomina imago y a todo aquel incomprensible subconsciente que se mecha en nuestras formas de ver las cosas, el actuar y el pensar. Hay en todo caso historias y entre tantas, como la pareja de negros bailanteros sobre el tanque del cementerio de Pablo Podestá, la llorona, la umita o el fantasma de Oliverio Girondo molestando hasta no hace mucho a sus vecinos del caserón ricachón que despreciaba, una historia en Hurlingham conmociona de vez en cuando, aunque a muchos de los transeúntes que pululan por su plaza. Se ha visto con cierta recurrencia pero cada tanto, digamos cada dos años, a un tipo que venía a asaltar por la noche a desprevenidos ciudadanos. Cuentan los vecinos de esta ánima errante, que solía abordarlos una apariencia populacha, sin despertar ninguna sospecha, camisa desabotonada, campera abierta en pleno invierno. Escapado del Tártaro, este tipo les da a los transeúntes unos volantes que nadie pudo retener ni de ellos hay prueba. En ellos cargaba este tipo lemas y promesas. Algunos dicen que si pide una firma, hay que huir para que no le pase lo que a Fausto, y en todo caso muchos lo han calado y simplemente esperaban el par de años para preguntarle por sus promesas, con lo cual simplemente lograban que se esfumara este fantasma, del que muchos creen se trata de la miserable alma perdida de un ex intendente.

Programa N° 22: El Pontaquarto del Olimpo

Los sueños son necesarios para ordenar la mente. Hay símbolos que en la antigüedad se asociaban o a premoniciones, o al presente o a revelaciones de los dioses, y quien sabe. La mente es muy extraña y en su evolucion el sueño ha dejado paso a las pulsiones, a la relacion del consciente y el subconsciente y a todo un aparato que nada independiente del pobre Morfeo. ¿Quién era este Morfeo? fulminado por Zeus, mafiosamente, como un Godfather furibundo que no puede permitir que se escapen los secretos del Olimpo. Acaso el Pontaquarto del Olimpo, un arrepentido de la Banelco con que Zeus mantenia el orden de sus antojos. Alcíone supo que su marido habia muerto gracias a este muchacho, pero… que nos quedo de este? Una frase de Marx nos revela en que se han transformado las antiguos sueños de los hombres, porque el opio de los pueblos es la adormidera de sus conciencias. El hombre que sueña impuesto de fantasias con que se lo domina y domestica. El opio, salido de la amapola, cuyas semillas llevaba Morfeo en sus vuelos nocturnos, pero que tambien griegos y egipcios sabian de sus propiedades curativas e hipnoticas. Amapola o adormidera de la que sale la morfina, gracias a la cual comenzaron las primeras operaciones galenas que salvaron vidas, durmiendolas y alejandolas de Thanatos, hermanastro de Hipnos, el sueño. Salvo claro, que muy a pesar de Marx todo esto se trate de un sueño, tal como nos lo decia Calderon de la Barca a traves de Segismundo. Una verdadera pesadilla.